Las líneas de tu rostro comunican, tus cejas, tus pestañas, tus labios comunican, y mucho.
Tu rostro y toda su expresividad se corresponde intimamente con tu personalidad, con cómo tú eres, con tus sentiminetos, con tus emociones, con tu entorno, con tu vida.
La sutileza de lo natural, debe ser cuidada, conservada y desarrollada al momento de intervenir sobre la expresividad de tu rostro.
La técnica por si sola, no basta, cada persona tiene una marca propia y muy personal, diferente de otra, que le cuenta a su entorno y al mundo que esa persona es única, por lo que las formas, los colores, etc. deben corresponderse intimamente con cada personalidad.
Las necesidades, el medio y una gran serie de circunstancias personales nos movilizan a utilizar la técnica, los insumos, los instrumentos y el conocimiento para encontrar la mejor manera de conseguir un rostro que le cuente al mundo del cómo tu eres.